EL DEPARTAMENTO DE CIENCIAS SOCIALES
DE LA UNIVERSIDAD PEDAGOGICA NACIONAL
ESTA DE LUTO

La Memoria es sobre todo, una poderosa vacuna contra la muerte y alimento indispensable para la vida. Por eso, quien cuida y guarda la memoria, guarda y cuida la vida, y quien no tiene memoria está muerto.
Quienes arriba fueron poder, nos heredaron un montón de pedazos rotos, muertes aquí y allá, impunidades y cinismos, ausencias, rostros de historias desmoronadas, desesperanzas. Y ese montón de escombros es lo que nos ofrecen como tarjeta de identidad, de modo que decir "Soy" y "Somos" sea una vergüenza.
Pero hubo quienes fueron y son abajo. Ellos y ellas nos heredaron, no un mundo nuevo, completo y acabado, pero sí algunas claves y pistas para unir esos fragmentos dispersos, y el armar el rompecabezas del ayer, abrirle una rendija al muro, dibujar una ventana, construir una puerta.

Subcomandante Marcos



Profesores del Departamento de Ciencias Sociales repudiamos el asesinato del colega EDGAR EMIRO FAJARDO MARULANDA, en la madrugada del viernes 1 de septiembre. Expresamos a sus familiares y de manera especial a nuestro colega Nelson Fajardo, nuestras más sentidas condolencias, y manifestamos nuestra indignación ante la opinión pública, pues consideramos que este crimen se enmarca en un grave proceso de persecución contra el pensamiento divergente y crítico en el país.

La muerte de EDGAR EMIRO, catedrático de nuestro departamento y de otras universidades de la Bogotá, intelectual comprometido, militante del Partido Comunista Colombiano y activista del Polo Democrático Alternativo; lamentablemente confirma la existencia de un proyecto encaminado a despolitizar los espacios universitarios y a silenciar las opiniones diferentes. La Universidad Pública como escenario para la deliberación de ideas y la confrontación de posiciones, está siendo cooptada por la hegemonía del pensamiento único, el miedo, la indiferencia y la resignación.

Desde la Universidad Pedagógica Nacional, convocamos a la comunidad universitaria y a la opinión pública nacional a manifestar nuestro rechazo contra estas prácticas de terror encaminadas a desmontar la esencia de la universidad pública. Llamamos a no olvidar, a mantener en la memoria, no solo los nombres de los hombres y mujeres, como EDGAR EMIRO, sino fundamentalmente sus sueños, apuestas y proyectos, pues ahí están las claves y pistas, para armar con los fragmentos vitales de todos aquellos que sueñan con un país distinto y humano, otra Colombia posible, otra universidad pública posible.

Bogotá, septiembre 4 de 2006