colombiainedita

Monday, January 09, 2006

Opinión
'La guerra acallada y negada que vive Colombia desde hace más de 40 años'
Por: Alberto Pinzón Sánchez
especial para ARGENPRESS.info 6/01/2006

Ponencia presentada al Foro por los Derechos Humanos el 9 de diciembre 2005 en Alicante (España)
...Yo vivo exiliado en un país del norte de Europa desde hace más de tres años, cuando tuve que salir forzado, porque el jefe paramilitar Carlos Castaño me hizo un atentado a raíz de mi participación en una Comisión de personalidades que se conformó para ayudar en el proceso de diálogos hacia la paz, entre el gobierno del presidente Pastrana (1998-2002) y la insurgencia de las FARC.
Mi participación en esa Comisión me acarreó el odio del capo paramilitar, quien cumplió la amenaza que lanzó contra mi vida en su libro titulado 'Mi Confesión' editado por la oveja negra de Bogotá en la página 312; y tuve que salir apresuradamente del país.

Pero el tema, no es mi exilio forzado sino la guerra acallada y negada que vive Colombia desde hace más de 40 años, en la cual diariamente se viola el principal Derecho Humano cual es el derecho fundamental a la vida.La Fundación Seguridad y Democracia, una fundación de inteligencia técnica que se nutre y elabora informes para el Ministerio de Defensa, el señor Alfredo Rangel, figura destacado como analista militar del conflicto social y armado de Colombia, presenta una serie de datos que vale la pena mirar y de los cuales extraigo solo uno, para que vean ustedes la magnitud de esta confrontación.

En siete años de conflicto (1998 a 2005) que analiza Rangel, cuatro años del gobierno del presidente Pastrana y tres del gobierno de Uribe Vélez, han muerto en la confrontación militar directa 16.600 colombianos: 3.267 de las Fuerzas Armadas y 12.885 llamados guerrilleros, quienes también son colombianos. Los que quiere decir que durante los 2.555 días analizados, cada día murieron guerreando 6,3 colombianos. Esa, para empezar, es una cifra aterradora. No mueren ciudadanos de muerte natural o de algunas otras causas como enfermedades o accidentes, sino en una guerra impuesta al pueblo colombiano por una ley del congreso de los Estados Unidos, llamada Plan Colombia, y que se inicia precisamente en 1998 con el gobierno de Pastrana Arango.

Para tratar de entender un poco este conflicto social y armado que se vive en nuestro país, remontémonos a la historia patria: La actual Colombia se libera junto con Venezuela, Ecuador, Perú, Bolivia y Panamá, mediante una cruenta y larga guerra de liberación del colonialismo español y surge como país independiente en una gran confederación de países, llamada la Gran Colombia, por su creador Simón Bolívar. Pero Bolívar, muere en 1830 víctima de una tuberculosis y también, víctima de un dolor moral muy grande producido por la traición de sus compañeros de lucha, especialmente José Antonio Páez en Venezuela, Francisco de Paula Santander en Colombia y Juan José Flores en el Ecuador; quienes aprovechando la calamitosa situación social producida por 15 años de guerra anticolonial y la postración producida por su enfermedad tuberculosa; dan marcha atrás al proceso de reformas progresistas iniciado por él, tales como la abolición de la esclavitud negra, la servidumbre indígena, y de otras trabas coloniales económicas y sociales opresoras impuestas por el caduco imperio español. Y destruyen esta confederación de patrias dentro de la Patria Grande, que el Libertador había construido con tanto empeño, con el fin de quedarse cada uno mandando su pequeña 'patriecita' provinciana.Ese pensamiento progresista de la Patria Grande que tenía Bolívar.

Ese pensamiento gigantesco que hoy después de 200 años vuelve a surgir con tanto vigor de la 'latinoamericanidad' y de la cual se hablaba aquí hace un rato, se frustra. Y la América hispana es convertida por el sistema mundial del colonialismo, en una especia de zona de los Balcanes en la que aparecen 23 ó 24 'republiquetas bananeras' manejadas cada una por una oligarquía regional, que de ser una oligarquía formada y sostenida por el colonialismo español, pasa a ser manejada por el colonialismo imperial inglés y poco después absorbida por el imperialismo norteamericano.Desde ese momento, 1830 a hoy, Colombia ha vivido en el siglo XIX nueve devastadoras guerras civiles sectarias, y en el siglo XX dos guerras más: Una, la guerra civil entre liberales y conservadores 'de los mil días' es decir tres años, que concluye en 1903 con cien mil muertos en un país de apenas de 4 millones de habitantes, la ruina social total que le abre paso a la dictadura civil de Rafael Reyes, y a la amputación de Panamá realizada por los barcos de guerra norteamericanos y que fue pagada unos años después con 25 millones de dólares entregados al gobierno colombiano como indemnización. La otra, que se continúa con la guerra actual, es la guerra civil que se inicia en 1946 con la presidencia del conservador Mariano Ospina Pérez, refinado hombre de negocios cafeteros, seguidor de las ideas anticomunistas y falangistas del caudillo español Francisco Franco.

Es decir que la oligarquía de esclavistas, latifundistas, mineros y comerciantes, así como sus actuales descendientes, que coaligados derrotan el proyecto de la patria grande Bolivariana en Colombia, primero asociados con los gobiernos de Inglaterra y luego con el de los Estados Unidos, desde hace 175 años le impusieron al pueblo trabajador colombiano, esta secular relación de dominación y explotación basada en violencia política, que denominaron cínicamente guerra civil bipartidista.

La guerra que tenemos hoy, tiene como trasfondo histórico esa Vorágine u Hojarasca para usar el titulo de dos famosas novelas colombianas, de cuatro décadas previas de desarrollo sangriento y permanente acumulación de capital que se da en capitalismo dependiente, junto con el proceso de industrialización liviana iniciado en Colombia, poco después de concluida la guerra de los mil días; a partir del entronque definitivo de los latifundistas exportadores de café con el capital financiero internacional, en especial norteamericano, y que impone a sangre y fuego un proceso gigantesco y traumático de movilización social y campesina, a todo lo largo y ancho del país.

En el año de 1948 y como coagulación de todo este proceso, se sucede el estallido social incontrolado más importante que ha tenido el país, causado el 9 de abril por la muerte en Bogotá el gran dirigente popular y liberal de izquierdas Jorge Eliécer Gaitán, en un crimen de Estado urdido, según se ha venido a saber por denuncias de su propia hija, por los servicios secretos norteamericanos, el cual ha permanecido ignorado hasta hoy, permaneciendo en la impunidad total.Murió su ejecutor, quien disparó contra Gaitán, despedazado por la inmediata furia popular, pero los instigadores, planificadores y organizadores del atentado no sufrieron ni han sufrido ninguna pena ni castigo.

La certeza que se tiene dentro del pueblo colombiano es que ese asesinato fue planificado por los servicios secretos de inteligencia norteamericanos en connivencia con los servicios secretos y la presidencia de la república de Colombia de ese entonces, en manos del conservador falangista Mariano Ospina Pérez. A raíz de ese crimen de Estado, se inicia una insurrección en Bogotá, que se extiende a los campos de Colombia y llega a todos los rincones del país. Y como en Colombia la estructura política dominante estaba dividida entre liberales y conservadores. La presidencia conservadora, comienza un exterminio de los seguidores de Jorge Eliécer Gaitán agrupados en el movimiento político de izquierda liberal llamado UNIR y de todos los demás grupos de izquierda, arguyendo que estaban complotados para destruir la hispanidad y la civilización occidental y cristiana, representada en el gobierno.

Ese exterminio que dejó aproximadamente 300 mil muertos cesa momentáneamente en el año de 1957, después de dos sangrientas dictaduras conservadoras, una civil de Laureano Gómez y otra militar de Gustavo Rojas Pinilla, cuando se hace un pacto político en Benidorm, entre el jefe del partido liberal Alberto Lleras y el jefe del partido conservador Laureano Gómez, con el objetivo de crear un gobierno de coalición bipartidista llamado Frente Nacional y turnarse la presidencia de la república entre estos dos partidos, durante tiempo indefinido.

Hablo de historia colombiana porque el conflicto colombiano es un conflicto fundamentalmente histórico. Quien no conoce la raíz histórica y social del conflicto colombiano, posiblemente no lo entenderá nunca y mucho menos podrá ayudar a resolverlo, que es lo que necesitamos. A grandes rasgos, los campesinos resisten la violencia conservadora que se impone desde la cúpula del poder a todos los rincones del país, y campesinos liberales de izquierda y algunos comunistas empiezan a defenderse del ejercito y las bandas paramilitares llamados 'chulavitas, pájaros, y contrachusmas' que envía el Estado y el gobierno a exterminarlos. Allí aprenden algo que surge de la realidad social. La guerra de guerrillas. Empiezan a defenderse, a hacer emboscadas, a utilizar armas rudimentarias y así logran sobrevivir, tratando de hacer lo mejor que pueden en sus territorios aislados.Pero también van adquiriendo conciencia de sus intereses de clase explotada y oprimida y empieza a darse un proceso de diferenciación ideológica dentro de la guerrillas campesinas que marcará el desarrollo de los hechos siguientes: Algunos lideres guerrilleros liberales influenciados por sus jefes de la capital, aceptan amnistías y perdones que se les ofrece desde el gobierno y pronto una vez desarmados, empiezan a caer asesinados uno a uno. El ejemplo mas citado es el del dirigente guerrillero liberal de los llanos Orientales Guadalupe Salcedo, aunque hay muchos más. En cambio los campesinos que había adquirido alguna conciencia comunista, no se desarman sino que se organizan en forma de grupos de defensa y resistencia campesina.

En el año de 1964, después del regreso al país un contingente militar que estuvo en 1954 en la guerra de Corea (el único contingente latinoamericano que participó en la guerra norteamericana contra Corea), y se han asimilado por el alto mando del ejército colombiano, las enseñanzas que traían esos oficiales llamados en Colombia 'los coreanos', acerca de las técnicas y la doctrina de la guerra contrainsurgente usada en Corea para implantarla en Colombia; en 1964, se da inicio a un plan cuyo nombre ha pasado a la historia: 'Latin American Security Operation' o Plan LASO, organizado, financiado y administrado desde la Embajada norteamericana en Bogotá, consistente en exterminar una remota y paupérrima región campesina que según, el delirio de los dirigentes liberales y conservadores, era una república comunista independiente.Embarcan, 12 mil soldados colombianos con asesoría norteamericana y por primera vez en América del Sur se inaugura el ataque aerotransportado con helicópteros norteamericanos, y se bombardea durante varios días la pequeña región ubicada en el municipio de Marquetalia (Huila), habitada por 48 campesinos y sus familias.

Esos 48 campesinos se ocultan en las montañas, sobreviven y a partir de ese núcleo se construye un año después (1965) las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia FARC. Según los últimos datos dados por el propio gobierno colombiano, hoy son cerca de 48 mil hombres y mujeres los guerrilleros de esa organización, sin incluir a los milicianos y otros contingentes clandestinos. 48 guerrilleros que después de 40 años de lucha armada y de resistencia al extermino oficial, se han multiplicado matemáticamente por mil.

En 1964 no había narcotráfico. Así que el conflicto colombiano es muy anterior al narcotráfico. El narcotráfico es un agregado que llega posteriormente. En ese entonces, la bandera con la cual se presentó la agresión para exterminar a esos campesinos fue la lucha anticomunista: Salvar la democracia occidental y cristiana de Colombia.

En 1982 sube a la presidencia de la república un presidente de extracción conservadora reformista llamado Belisario Betancur, quien después de 18 años de no poderlos exterminar militarmente, les propone a los dirigentes guerrilleros de las FARC una tregua política, con el fin de adelantar una apertura política al cerrado sistema bipartidista creado por el pacto del frente nacional de Benidorm. Así en 1985 se pacta una tregua con cese de fuegos bilateral, y dentro de los acuerdos se autoriza a la insurgencia guerrillera para que conforme, en alianza con otras fuerzas de izquierda y especialmente con el partido comunista, un movimiento político llamado Unión Patriótica, como una fuerza legal no armada, que logra avances sorprendentes en el plano electoral. Este triunfo electoral y avance político legal aterrorizan a la clase dirigente y en respuesta, los descendientes de los que derrotaron a Bolívar en 1830, fraguan otra campaña de exterminio anticomunista y de izquierdistas que liquida mediante el Terror Paramilitar del Estado a toda esta organización: Más de 5.000 cuadros dirigentes y militantes de base de la Unión Patriótica, fueron ejecutados por fuerzas del Estado aliadas con el narcotráfico.

Cruzada que luego se extiende a otras organizaciones populares, barriales, cívicas y sindicales y que ha dejado hasta hoy más de 60.000 civiles exterminados, por el Terrorismo de Estado, en los más de 20 años que lleva operando impunemente.Ante el genocidio Estatal, los guerrilleros buscan nuevamente refugio en las montañas, y la maquina oficial del Terror contando con una total impunidad, se vuelca con sevicia sobre los indefensos y desarmados que quedaron en las ciudades o campos, al alcance de de los escuadrones de muerte Paramilitar.

Se abre entonces otro ciclo de violencia política que se suspende momentáneamente en 1990, cuando el gobierno del liberal Cesar Gaviria propone unas nuevas conversaciones conjuntas de paz, a la FARC y al ELN, las cuales se desarrollan en Caracas (Venezuela) y en Taxcala (Méjico), y que concluyen sin ningún acuerdo político, debido a la negativa gubernamental a realizar las transformaciones sociales, económicas y políticas propuestas en sus programas, por los guerrilleros.

Ante este fracaso, el presidente Gaviria envía el ejército colombiano al sitio de Casa Verde donde se suponía estaban los comandantes guerrilleros en proceso de conversaciones, en un plan militar concebido y ejecutado en el momento simbólico de las elecciones para conformar la constituyente que redactó la constitución de 1991, reiniciándose otro ciclo de confrontaciones y exterminio que dura 9 años, con toda su secuelas de destrucción y muerte.Hasta 1999, cuando tras una serie de estruendosas derrotas militares propinadas por la guerrilla de las FARC al ejercito oficial, el presidente conservador Andrés Pastrana, quien hoy se encuentra de embajador de Uribe Vélez ante el gobierno de Washington, asesorado por el Pentágono, con el fin de tomar un aire político y darse tiempo para reestructurar las fuerzas militares desmoralizadas, propone unas nuevas conversaciones de paz a las FARC. Como la solución política al conflicto no era el objetivo de Pastrana, una vez el ejército colombiano estuvo reconstruido y rearmado, se puso en marcha otro plan militar elaborado y financiado por el gobierno norteamericano, paradójicamente semejante al Plan LASO de 1964 llamado Plan Colombia, y cuyo desarrollo llevó a la ruptura a comienzos del año 2000, de las conversaciones indiciadas en el área desmilitarizada del Caguán.

En ese momento, el comunismo ya no era el enemigo de la democracia occidental. En ese momento y aun hoy; el enemigo de la civilización occidental y cristiana se presenta como el terrorismo. Así el Plan Colombia, financiado, asesorado, organizado y ejecutado por los norteamericanos junto con el ejército colombiano, se ejecuta con la mampara de la lucha contra el terrorismo. No es el terrorismo a secas de Bin Laden, sino lo que han llamado 'narcoterrorismo'. ¿Cuál es el resultado? Siete años de Plan Colombia y más de 16 mil muertos y toda esa barbarie de cerca de 2 millones de desplazados y destrucción social y ecológica que conocemos como conflicto colombiano actual pues a la cifra anterior de muertos y desplazados por la confrontación militar directa, se le debe agregar el componente del exterminio político de civiles desarmados y que según los datos benévolas que dije antes, puede llegar a más de 60 personas en los años que lleva operando en la impunidad el Terrorismo de Estado en Colombia.

Hecho histórico monstruoso que el gobierno actual de Alvaro Uribe Vélez intenta legalizar y lanzar al olvido para dejarlo en la impunidad. Miles de estudiantes, defensores de derechos humanos, sindicalistas, profesores, maestros, campesinos, artesanos, dirigentes barriales y veredales, indígenas, etc; han caído ejecutados por una implacable y siniestra máquina de terror Estatal intentando quebrar y derrotar la resistencia del pueblo colombiano a la violencia política, que se le ha impuesto por siglos desde la cúpula del poder colombiano, aupada y sostenida por el gobierno Norteamericano.

En la medida en que se desarrollan los planes se van cambiando de nombre, Plan LASO, Plan destructor uno y dos, Plan Colombia y ahora Plan Patriota. Pero lo importante de todos ellos, lo que los une a todos: Es la ayuda norteamericana. Pues sin esta ayuda financiera, logística y diplomática, estos planes nunca se podrían realizar. Por ejemplo, el actual Plan Colombia, que está en ejecución, es una verdadera 'sobredeterminación' impuesta a todo el pueblo trabajador colombiano. Es una Ley del Congreso de los Estados Unidos. Demócratas y Republicanos votaron por ese plan, que no es una decisión militar diplomática como la toma de Irak. Es una desvergonzada ley de uno de los países más poderosos que haya conocido la humanidad, en contra de unos pobres campesinos colombianos a quienes acusa sin razón de ser narcotraficantes.

Olvidando y ocultando que el narcotráfico existe porque sin contar los adictos en todo el mundo, solamente en Estado Unidos existen más de 22 millones de adictos a la cocaína. Y como de todos es sabido, la mano invisible del mercado capitalista determina que cuando hay demanda, existe la oferta.Si hay varios millones de personas con dinero solicitando cocaína en todo el mundo, alguien la producirá en alguna parte. Sin embargo, mediante una sórdida falacia que desconoce su origen histórico y social muy antiguo, se ha pretendido convertir el complejo conflicto colombiano en un problema de narcotráfico. Sin embargo si se mira despacio el argumento económico, desde que se produce, es decir se siembra la mata de coca, se recolecta la hoja, se procesa con diferentes sustancias químicas, se cocina, se mezcla, se destila, se obtiene el clorhidrato de cocaína que es el alcaloide que estimula, se empaca, se exporta, se transporta, se distribuye, se menudea y se consume; hay una cadena muy compleja de cerca de 15 pasos, cada uno de los cuales le agrega valor económico al producto final. En esta cadena compleja, la hoja de coca, que entre otras cosas nuestros indígenas siempre la han usado como un alimento y estimulante natural, pues la hoja de coca tiene siete alcaloides. Uno de ellos es una proteína de alto valor biológico. Como tiene también lidocaína, y xilocaína y otros anestésicos que se desperdician para quedarse únicamente con el clorhidrato de cocaína que es el narcótico.

Desde que la mata de coca se siembra hasta que llega la cocaína a la nariz del consumidor, hay un proceso sumamente largo y complicado de producción, distribución y consumo. Y si no se combate todo el proceso de manera integral, tanto en la producción, la distribución y el consumo del narcótico; es muy probable que no se obtenga ningún resultado definitivo en contra de esta calamidad mundial contemporánea.

Los estrategas de los Estados Unidos consideran que la distribución y el consumo del alcaloide no juegan un papel importante, porque saben que estos dos pasos se dan en sus países del capitalismo desarrollado. Consideran que todo su esfuerzo y lucha se debe centrar en romperle el espinazo de la producción de hoja de coca y erradicar de la naturaleza este arbusto semiselvatico, incluso fumigando indiscriminadamente campos y cultivos con defoliantes derivados del agente naranja empleado en la guerra de Vietnam, en una verdadera guerra química, que al cabo de los años lo que ha generado es una verdadera catástrofe ecológica llamada por los biólogos ecocidio y que ha profundizado la miseria de millones de campesinos pobres del tercer mundo. Eso si cuidándose de no mencionar dos cosas fundamentales asociadas: Una, que el negocio anual del narcotráfico en el mercado mundial es de cerca de 25 mil millones de dólares. Que de esta suma, solamente seis o siente mil millones llegan a Colombia y que de estos seis o siete mil millones, escasamente un (1%) uno por ciento, llega hasta el territorio de los campesinos colombianos, mientras el resto se queda en las otras cadenas para ser lavado en los llamados paraísos fiscales del capitalismo financiero mundial. La otra es, que además de esto también se oculta la existencia de otros dos mercados semejantes y paralelos al narcotráfico, como son el mercado de químicos y el mercado de armas.

El mercado de los químicos, porque todo ese proceso de elaboración requiere acetona, ácidos sulfúrico y nítrico, alcohol, benzol, gasolina, petróleo, gasolina, hornos microondas, etc. Es un mercado muy grande cuyos principales abastecedores son los países capitalistas desarrollados de Europa. Y el mercado de las armas que maneja cifras semejantes, porque como es bien sabido, estos negocios ilegales generan mafias, gangsters y luchas sangrientas por controlarlos y quedarse con las ganancias.

Lo cual nos conduce a la pregunta siguiente ¿acaso Colombia produce armas?Todo este 'Globo' es el que en este momento cae sobre los hombros del pueblo trabajador colombiano, para aplastarlo y sumirlo en una de las peores catástrofes humanitarias que se dan actualmente en el mundo. Lo peor de todo es que no se le ve una salida en el corto plazo. Pues se insiste en volver todo este problema global en un círculo vicioso, con el fin de no enfrentarlo integralmente en todas sus etapas y de manera coordinada en todo el mundo. Entonces se dice que en Colombia no hay conflicto, que es solo una situación policial, de delincuencia, de ilegalidad internacional y por todos los medios habidos y por haber se le niega su carácter político, sabiendo de antemano que es un conflicto fundamentalmente político.

Que las guerrillas, así se quiera aceptar o no, desde sus inicios han tenido un programa político fechado, que quien quiera puede consultar en cualquier parte. Que han esbozado reformas económicas, políticas, sociales y culturales profundas en sus programas, las cuales han sintetizado en una frase: 'Paz con soberanía y justicia social'.Lo que insurgencia ha venido pidiendo es que se les reconozca su carácter político, se pare la guerra y se le busque una solución política al histórico conflicto social, que consiste en llegar a un acuerdo para construir entre todos una Colombia mejor, democrática, soberana y que fundamentalmente tenga justicia social.

Pero a esto no quieren llegar quienes están interesados en la continuación de sus gigantescos negocios y privilegios, y por eso se niegan a darle una solución política, diciendo que en Colombia no hay ningún conflicto, sino simplemente ataques de narcoterroristas.De manera que yo quiero llamarles a ustedes a una sola cosa: A la solidaridad con el pueblo colombiano, lo cual implica, primero, que tengan muy claro que el conflicto colombiano es un conflicto político profundamente arraigado en la historia y la sociedad colombiana y que sin una solución política, vamos a continuar en este baño de sangre mucho tiempo más. Y segundo, que ustedes como ciudadanos de un país desarrollado que juega un papel muy importante en el concierto de las naciones, como es nuestra madre España y de quien nos independizamos, pero a quienes seguimos considerando nuestros hermanos de la Patria Grande; le pidan a su gobierno que no vendan ni químicos, ni armas, al gobierno colombiano, porque se está contribuyendo a prolongar y a profundizar toda esta situación de guerra y sufrimiento social.

Que es mejor exigir al gobierno español la utilización de toda su influencia internacional, para que nos ayude a encontrar la solución política al conflicto, que todos estamos ansiando. Que nos ayuden a parar la guerra. Que no necesitamos armas, ni químicos. Solo necesitamos apoyo para encontrar la solución política a esa cruel guerra que diariamente se nos impone, porque todos los días impunemente se viola el principal derecho de los seres humanos, cual es el derecho a la vida. Muchas Gracias…

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