colombiainedita

Monday, January 16, 2006

Enero 15 de 2006
EDITORIAL
La UN, en la encrucijada
Hoy reinicia actividades la Universidad Nacional con un doble propósito. Además de recuperar el tiempo de clases perdido en el semestre pasado, el alma máter abre el debate sobre la reforma académica, que estuvo en el trasfondo de su primer cierre en cinco años, el 22 de noviembre.
Aún hay disenso en torno al modo como se adelantará la discusión: si debe hacerse simultáneamente con las clases o suspender estas mientras dure. Tampoco hay acuerdo sobre si las dificultades que ha tenido la reforma se deben o no, en parte, a que no fue suficientemente debatida. Pero ahora esto es secundario: su aplicación ha sido congelada hasta agosto y se abrió–bajo la forma de claustros y colegiaturas– la posibilidad de discutirla ampliamente.
Las universidades públicas son esenciales para dar educación de calidad a grupos sociales amplios. La mitad de los alumnos de la Nacional son de estratos 1 y 2. Sin embargo, esta institución es de un fuerte e involuntario elitismo: apenas admite uno de cada 12 aspirantes y gradúa la mitad de los que entran. A pesar de su nivel relativamente alto, hay fallas evidentes: sus egresados escriben un español pobre, pocos manejan bien un segundo idioma y su capacidad de estudiar y avanzar por su cuenta se desarrolla poco en un ambiente dominado por fotocopias y manuales. Los que se gradúan gastan en promedio más de siete años para hacerlo.
Para evitar el inmenso derroche de recursos que esto implica, las directivas universitarias han buscado superar los existentes modelos pedagógicos, rígidos y arcaicos, y crear sistemas que respondan mejor a las necesidades de los estudiantes y a las demandas sociales. Para ello, presentaron un nuevo proyecto de reforma, interesante aunque todavía tímido.
Los cambios permiten a los estudiantes entrar a un área profesional amplia y definir después su especialidad; disminuyen contenidos puramente informativos y refuerzan la formación en los principios básicos y la metodología de cada disciplina; intentan reducir el número de semestres para que, con excepciones como medicina, los estudiantes puedan, con dedicación completa, terminar en cuatro o cinco años. Se busca hacer más flexible el avance del estudiante, dándole más libertad para elegir materias, cambiar de carrera y fijar su ritmo. Hay más opciones para el trabajo de grado, en lugar de una tesis, que quizás solo se justifica para formar personal académico e investigativo.
Ha habido ya debate. El temor a que un mayor número de graduados devalúe los títulos alentó la oposición de grupos estudiantiles. Se dijo que la reforma disminuiría la calidad o volvería la U un politécnico o una ‘nocturna’. Como en otras ocasiones, bloqueos, tomas y pequeñas asambleas se presentaron como expresión de rechazo del estudiantado, y culminaron en el cierre. Pero es poco probable que la mayoría rechace unas reformas que facilitan el estudio y democratizan la universidad; y las objeciones expresan solo el punto de vista de Bogotá, no de las otras sedes.
De allí la importancia de que, a la vez que se hace el debate, se reanuden y mantengan las clases. En pleno período electoral, no faltarán los interesados en una confrontación con las directivas y el Gobierno. Si la universidad ofrece un ambiente genuino de discusión; si profesores y estudiantes toman en serio los debates, y la institución funciona normalmente, estos riesgos pueden evitarse. No será fácil lograrlo, pero es clave que, con este espacio de discusión abierto, prime el lenguaje que debe caracterizar a la academia: la razón.
* * * *
La Universidad Nacional debe conservar su preeminencia académica y su función social progresista. La reforma propuesta contribuye a ello. La universidad tiene que buscar la calidad académica y el uso eficiente de los inmensos recursos que hoy se pierden con la deserción y el fracaso estudiantil. Una educación menos enciclopedista, que forme mejor la capacidad de aprendizaje permanente, de búsqueda independiente y crítica del saber, prepara mejor a los estudiantes para un mundo en el que se verán obligados a renovar cada día sus conocimientos.
editorial@eltiempo.com.co

1 Comments:

At 9:41 AM, Blogger Cielo Ibañez said...

Que publicación tan fea, si quiere aprender vea latalata.blogspot. Esa letra no la lee nadie y solo editorales del tiempo ja

 

Post a Comment

<< Home