colombiainedita

Thursday, December 28, 2006

La mentira: un manto que perpetúa el paramilitarismo


Comunidad de paz de San José de Apartadó - Diciembre 20 de 2006


La Comunidad de Paz de San José de Apartadó no puede guardar silencio ante la mentira y el accionar que el paramilitarismo realiza en la zona con el apoyo del Estado, en especial de la Fuerza Pública.

Se quiere encubrir la verdad, pero la realidad muestra que el Estado pretende perpetuar el régimen de muerte del paramilitarismo que impera en Urabá. Y son la mayoría de medios de comunicación local y nacional los que siempre han favorecido esta lógica de muerte, al callar lo que sucede y distorsionando la verdad de lo que está sucediendo.

El día 18 de diciembre de 2006 el periódico El Tiempo sacó un artículo en el que nos incluye y habla de la zona, pero con una versión totalmente opuesta a la realidad. Así mismo, el canal RCN en su noticiero del 20 de diciembre. Es muy fácil ser invitado a eventos realizados por los militares en el que se orquesta todo un circo y desde allí hablar. Otra cosa es la realidad que se está viviendo diariamente.

En dicho articulo, y en diversas informaciones de otros medios, han ocultado hechos que muestran una situación mas grave y peligrosa en el avance del paramilitarismo. No entendemos cómo puede decirse que el desplazamiento terminó cuando San Josesito sigue siendo habitado por las familias desplazadas de San José desde abril de 2005. Y además se ocultan las familias desplazadas producto del accionar paramilitar en Arenas Bajas, a quienes les han arrebatado su tierra para poder construir allí la represa que están haciendo.

Se habla de tranquilidad total en los dos últimos años con la llegada de la policía. Se muestra que donde antes sólo existía guerra ahora sólo se vive total tranquilidad. Nos preguntamos ¿cómo se explica entonces el asesinato de 11 personas: dos por la guerrilla y nueve por el ejército en el último año? ¿cómo pueden explicarse las detenciones arbitrarias y los montajes que se han realizado contra varias personas de la zona y como lo hemos dejado en constancias a través de tutelas y en derechos de petición que aún los organismos de control no han contestado? ¿cuál tranquilidad, si se vive en medio de las amenazas constantes que se han realizado contra las diversas veredas y los miembros de nuestra comunidad, además de hechos como la quema de casas, torturas y robos por parte de la Fuerza Pública en los últimos seis meses, los patrullajes de los paramilitares en especial en los tres últimos meses? Todavía no puede decirse que se está viviendo paz en la zona, porque en todo caso es la paz que implanta el Estado con los paras, la paz del silencio ante la muerte, la de tapar, ocultar e indudablemente de la impunidad.

Entendemos que varios medios callan ante el horror por todos los intereses con el Estado. Es mejor no decir nada del aumento de la presencia de la guerrilla en la zona desde la presencia de la policía en San José, es mejor callar y ocultar el aumento de confrontaciones armadas y muertos de los dos actores armados, Estado y guerrilla, es mejor callar cómo antes de la policía no había cultivos ilícitos, sin embargo en varias veredas que se están tomando los paramilitares están promoviendo esto con el apoyo de la fuerza pública.

Es mejor callar y no denunciar cómo instituciones del Estado apoyan la toma de tierras que viene haciendo los paramilitares, las amenazas a vender los campesinos las tierras porque las necesitan hechos contundentes en la Esperanza, Arenas bajas y Guineo. Es la verdad de los victimarios como podemos ver.

Es por ello que se oculta cómo estos proyectos de cacao sólo están buscando hipotecar las tierras para ser tomadas por los paramilitares como ha ocurrido en el Choco con la palma Africana. Estas personas que vienen liderando estos proyectos solo actúan uniendo esto a creaciones de redes de informantes y cooperantes. Indudablemente pretenden involucrar a la población civil en medio del conflicto, pues lo que escuchamos en los combates, en los tiros en los ametrallamientos en la presencia de la Fuerza Pública y de la guerrilla en la zona es que se mantiene más vivo que antes el conflicto armado.

Es real que los caminos se han perdido en las veredas a causa del invierno que ha creado avalanchas que han afectado a la gente pobre de Apartado, sin embargo se oculta que estos caminos destruidos estas avalanchas es producto de la tala indiscriminada, que se viene haciendo de árboles en donde se deforesta criminalmente en forma fraudulenta y apoyado por los organismos del Estado encargados de ello.

No sólo el paludismo es el enemigo de la gente, es la muerte a bala que impera en la zona la mayor enfermedad, pero es más terrible y dura esta enfermedad de la amnesia, la mentira, de ocultar la verdad con el ánimo de imperar la realidad de la muerte.

Varios medios hablan del atraso de la luz eléctrica de escuelas, etc., pero no hablan del atraso de la justicia, porque en Urabá no existe justicia, no se menciona absolutamente nada de las siete masacres realizadas por el ejército sin que exista absolutamente ningún acto de justicia y menos en los 172 asesinatos contra la comunidad, pero peor nada de justicia en los mas de 580 violaciones de derechos humanos, indudablemente comprensible este silencio de los medios pues la lógica de nuestro país en estos momentos es total impunidad, borrón y cuenta nueva o mejor continuidad del paramilitarismo.

Estos medios en sus interés callan ante la cantidad de asesinatos que están sucediendo en Apartadó y en la zona de Urabá, realizados por los paramilitares y que solo la defensoría ha denunciado sin que nadie actúe ante ello. Sólo el gobierno habla de banditas emergentes y delincuencia a ello, como si alguna vez el paramilitarismo en Urabá se hubiera desmovilizado: sigue en su maquinaria de muerte y el avance de su toma total de tierras y recursos.

El Estado oculta toda esta realidad con montajes de circo que realiza la Fuerza Pública, y que varios medios lo muestran como la paz, sin embargo bastantes en la zona, la mayoría nos resistimos a esa lógica, a entregar la dignidad de la vida por un mercadito de los asesinos, de los victimarios, si lo hiciéramos perderíamos la memoria de nuestros líderes e integrantes de nuestra comunidad asesinados por mantener nuestros principios.

Sabemos que esta navidad es un momento para dar fortaleza y poder algún día vivir en nuestra tierra en nuestro país una verdadera navidad, donde reine la justicia, la no impunidad, la verdad, el respeto a la tierra del campesinado y donde el terrorismo de estado termine, sabemos que son navidades negras las que vivimos pues son alumbradas por el fuego de los tiros y la muerte del paramilitarimo, sin embargo creemos en la pascua de la vida, de nuestros lideres, de nuestros amigos asesinados, ellos nos dan agua viva en esta Navidad para seguir resistiendo ante todo este horror que se esta viviendo y que se quiere ocultar. Gracias a nuestros mártires por tantas navidades de resistencia que nos han enseñado, ellos nos acompañan en ese sentido profundo de la navidad que es crear nueva vida, esta que hoy esta tan lejos en Urabá pero que la buscamos vivir en nuestra comunidad diariamente.

En medio de tanta mentira y muerte queremos decirles con esta constancia feliz navidad a todas las personas, organizaciones, comunidades hermanas que nos acompañan, y sabemos que la navidad que nos muestra el derrotero de la verdad y el nacimiento de la vida nos seguirá llevando por la senda esencial que debemos construir diariamente: la solidaridad.

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