colombiainedita

Monday, August 14, 2006

Bogotá/ Corresponsal EDLP —La dramática denuncia de 150 niños colombianos que huyeron de sus casas del oriente de la nación para evitar ser reclutados por la guerrilla de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias), hizo poner los pelos de punta a las organizaciones defensoras de los derechos humanos y del niño.

De acuerdo con UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) y Human Rights Watch, existen entre 6 mil y 11 mil menores vinculados a los grupos armados ilegales en Colombia y se reactivó una cruzada titulada: "Los niños y las niñas no queremos estar en la guerra...", para tratar de enfrentar la grave situación.





La pesadilla para los niños se registra en las veredas de El Botalón y Betoyes, municipio de Tame, departamento de Arauca, distante 278 kilómetros de Bogotà, donde persiste una guerra sin cuartel entre las FARC y el ELN (Ejército de Liberaciòn Nacional), la segunda guerrilla del país, por el control de un estratégico corredor por donde movilizan cargamentos de cocaína hacia Venezuela.


Los niños desertaron de los salones de clases y de la protección de sus padres, y se dirigieron a Tame, donde a esta hora son atendidos por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, que los puso al cuidado de sicólogos.


"No entendemos nada de lo que pasa. Nuestros papá están desesperados y prefirieron que nosotros huyéramos. Lo que queremos es estudiar y no servir de carne de cañon", dijo con su débil voz Luis Pérez, de apenas 12 años.


"Mi hijo fue a parar a manos de la guerrilla y a pesar de que he implorado no ha sido posible que me lo devuelvan. Para colmo, tuve que abandonar la finca", relató María del Carmen, una campesina de la vereda El Botalón, que se refugió en Tame.


La UNICEF dijo que "la presencia de menores de edad en las filas de los grupos al margen de la ley no sólo viola sus derechos de disfrutar de una infancia digna, sino que los hace víctimas del conflicto y, por ende, de la migración forzada y de la trata de personas --como lo establece la Convención de Naciones Unidas contra la Delincuencia Transnacional Organizada-- sin olvidar que está considerada como una de las peores formas de trabajo infantil y tipificada como delito de reclutamiento ilícito".


El 13 de febrero de 2005, tras violentos combates entre militares y las FARC en selvas del noroccidente de la nación, el soldado Edison Osorio, en diálogo con EDLP, recordó con nitidez e incredulidad el horror que vivió ese día: "Había hasta niños echándonos bala..."



"Varios menores, de no más de 12 a 14 años, y con su fusil a cuesta, se movían con mucha agilidad, pero uno de ellos casi no podía con el arma..."


La organización ONG internacional Save the Children denunció que solo Liberia, la República Democrática del Congo, Myanmar, Burundi, Ruanda,

Uganda, Filipinas, Sri Lanka y Colombia son las únicas naciones donde se ha contabilizado la presencia de niños en la guerra. Indicó, además, que cerca de 2 millones de niños se encuentran en situación de desplazados en Colombia, quienes procedentes de familias "desestructuradas" o marginadas y privados de educación, se alistan de forma "voluntaria" ante la falta de oportunidades de su entorno o son reclutados a la fuerza.





Para el director de la ONG Human Rigth Wach, José Miguel Vivanco, "esta situación es muy preocupante".



En el primer informe general publicado sobre este asunto, "Aprenderás a no llorar": Niños combatientes en Colombia, Human Righ Wach indicó que "al utilizar a niños para el combate, la guerrilla y los paramilitares están causando un daño incalculable en la sociedad colombiana. Estos niños llevaran las cicatrices de su experiencia durante décadas".





"El 80 % de los niños alistados pertenecen a las FARC o al ELN. Al menos uno de cada cuatro combatientes irregulares colombianos es menor de 18 años. De ellos, varios miles son menores de 15 años, la edad mínima para el reclutamiento de acuerdo con los Convenios de Ginebras", según Vivanco.





"Exponer a un niño de menos de 18 años al combate y su posible muerte es un acto censurable, y el uso de niños combatientes menores de 15 años es un crimen de guerra", dijo Vivanco. "El Gobierno no debe hacer a la guerrilla o los paramilitares, en ninguna circunstancia, una oferta de inmunidad penal por esta horrible conducta".





En entrevistas con 112 niños ex combatientes, ellos dijeron que tanto la guerrilla como los paramilitares aprovechan la desesperación de los niños pobres de zonas rurales en conflicto. Muchos se incorporan para obtener alimentos o protección física, o se alistan por simple miedo. Otros son niños de la calle que no tienen a donde ir. Se entrena a pequeños de hasta 13 años, algunos aún más jóvenes, en el uso de fusiles de asalto, granadas y morteros.





Bernardo, un muchacho reclutado por las fuerzas paramilitares, contó a Human Rights Watch cómo se entrena a los niños para matar. "Le enseñan a uno poco a poco, primero con un 38 (arma corta) y luego con un arma grande", dijo Bernardo. "Estaba disparando con el AK-47 antes de cumplir 8 años".



Los jóvenes alistados en los grupos paramilitares dijeron que su entrenamiento incluía presenciar la mutilación de prisioneros con machetes y sierras eléctricas. "Ellos mataban a tres o cuatro personas cada día durante el curso. Había turnos entre las escuadras, cada una un día diferente", dijo Óscar, ex combatientes paramilitar.





Más de una cuarta parte de los niños entrevistados por Human Rights Watch eran niñas, la mayoría de las FARC. Muchas de ellas contaron que los comandantes varones utilizan su poder para violar a muchachas menores de edad. Se exige el uso de anticonceptivos a las guerrilleras de hasta 12 años de edad, y las que quedan embarazadas tienen que abortar.



En ambos bandos, los niños que intentan escapar o regresar con sus familias corren el riesgo de ser ejecutados. En los "consejos de guerra" de la guerrilla se vota a mano alzada si deben morir los combatientes que incurren en faltas. En ciertos casos, tanto las víctimas como los verdugos son niños. "Tenía que hacerlo porque era una orden", dijo Elizabeth, una joven combatiente de las FARC.



"Hubo un consejo de guerra y yo voté que no. El comandante me dijo: `como usted dijo que no ahora lo tiene que matar`".



"El Gobierno de Colombia debe dar la máxima prioridad a la desmovilización de los niños de las fuerzas guerrilleras y paramilitares, y el cese de su reclutamiento, en cualquier negociación futura con estos grupos", señaló Vivanco.


"Aprenderás a no llorar..."


Mientras se puso en marcha una campaña con el nombre de "Los niños y niñas de Colombia no queremos estar en la guerra", la organizaciòn Human Rights Watch revivió el documento "Aprenderás a no llorar: Niños combatientes en Colombia", en el que se denuncia cómo tanto la guerrilla como los paramilitares explotan la desesperación de niños pobres en las zonas rurales de combate.



Ambas cruzadas buscan sensibilizar a la opinión pública nacional e internacional sobre la dramática situación de niños, niñas y jóvenes que en Colombia son vinculados, directa e indirectamente, en el conflicto armado.


“Esperamos promover que el Estado colombiano implemente la Convención sobre los Derechos del Niño y ratifique su Protocolo Facultativo”, afirmó Amanda Romero, vocera de la campaña“Los niños y niñas no queremos estar en la guerra”, que cuenta con el apoyo de la Coalición Internacional para Acabar con el Uso de Niños Soldados, constituida en 1998 por Amnistía Internacional, Defensa de los Niños Internacional, Human Rights Watch, Jesuit Refugee Service, The Quaker United Nations Office, Radda Barnen-Alianza Save the Children y Federación terre des hommes.





El tratado, que Colombia firmó en 2000 pero no ha ratificado todavía, fija en 18 años la edad mínima para la participación directa en las hostilidades, para el reclutamiento obligatorio o para cualquier reclutamiento o uso en hostilidades por parte de grupos armados irregulares.




¿Qué hacer?



Human Rights Watch pidió que se adopten las siguientes medidas de manera inmediata e incondicional para frenar el drama de los niños en la guerra:



-- Prohibir firmemente del reclutamiento forzado.

-- Cesar las ejecuciones de niños.

---Prestar la atención médica apropiada a los enfermos y los heridos. Los niños están expuestos a enfermedades, agotamiento físico, muerte repentina y tortura a manos de los enemigos.



---Estados Unidos debe pedir que se dé la máxima prioridad a la desmovilización de los niños en eventuales futuras negociaciones co la guerrilla.




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La infancia, gran damnificada


Durante la presentación de su décimo informe anual sobre el Estado Mundial de la Infancia, la directora Ejecutiva del UNICEF, Carol Bellamy, sostuvo que las repercusiones sobre la infancia han sido graves: cerca de la mitad de los 3,6 millones de personas que murieron en guerras desde 1990 han sido niños y niñas. Y las partes beligerantes consideran cada vez más a los niños y las niñas como objetivos de guerra.





En todo el mundo, anotó Save the Children, alrededor de 300.000 niños y niñas son utilizados como combatientes, porteadores, mensajeros, cocineros o esclavos sexuales en más de 30 conflictos armados.


UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia), expresó, a su turno, que "atrapados en el infierno de los conflictos armados, miles de niños se ven obligados a ser testigos de las atrocidades cometidas contra sus padres, o son ellos mismos tomados prisioneros, separados de sus familias, reclutados como soldados o muertos".


http://www.eldiariony.com/noticias/detail.aspx?especialid=§ionfiltered=20&desc=Nuestros%20Pa%C3%ADses&id=1469772&fecha=

Sara Torres
Directora Argentina de la Coalición Internacional contra el Tráfico de Mujeres, Niñas y Niños
(CATW-LAC)
Red Internacional de Derechos Humanos

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