colombiainedita

Wednesday, March 01, 2006

Por José María Carbonell, ANNCOL
www.ancol.org

Las historias del “Mochacabezas” han sido mal contadas. Por lo menos creo que no se han contado todas sus historias. Las que han sido contadas por los que las sufrieron de por sí causan horror. Ponen la piel de gallina. Provocan a la vez una sensación de vacío en el estómago, preludio de la arcada que produce el asco.


Algunas de esas historias trataremos de reproducirlas para que miremos el grado de sevicia con que las fuerzas militares-narcoparamilitares del Estado colombiano masacran al pueblo, su propio pueblo. Son en realidad tropas de ocupación que adelantan labor de arrasamiento contra el “enemigo”: el pueblo. Estas historias están documentadas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos.


Dice Maryuri Caicedo Contreras, hermana de Hugo Fernando Martínez Contreras y de Diego Armando Martínez Contreras e hija de Gustavo Caicedo Rodríguez, asesinados en la masacre de Mapiripán:


Tiene 14 años de edad. Su padre era “muy buena gente” y los cuidaba mucho. La familia paseaba y la pasaban muy bien. Se sentía protegida por su padre y por sus hermanos; su madre los cuidaba porque no tenía que trabajar. El día que tomaron a su padre y a sus hermanos, la testigo, junto con tres de sus hermanos y sus padres, se dirigían de la finca al pueblo a buscar servicios de salud para su hermano Gustavo. Cuando voltearon a ver, ya los habían tomado. Vio gente llorando y diciéndoles que no volvieran a buscarlos porque los matarían. Sin embargo, “los busca[ron] por todos lados y no los encontra[ron]”. Vio “gente tirada en el río[ y a] unas personas que sólo tenían el cuerpo, pero no tenían ni manos, […] ni cabezas”. Su madre y hermana lloraban mucho y [ella] sentía mucho miedo de que los fueran a matar. Cuando recuerda todo eso siente ganas de llorar”.


Por su parte, Nadia Mariana Valencia Sanmiguel, hija de José Rolan Valencia, también asesinado en Mapiripán:


“Su padre era empleado de la alcaldía y trabajaba como despachador del aeropuerto. Describió la llegada de los paramilitares a su pueblo, la manera en que cambió el ambiente por completo y los comentarios que se hacían de que estaban matando gente.


…El día que se llevaron a su padre de la casa “[t]odos [su]s hermanos estaban afuera llorando y [su] mamá también estaba llorando con su niño enfermo”. En el momento de la captura, su padre rogaba a los paramilitares que no lo mataran porque tenía 5 hijos, un hijo enfermo y su esposa. Su hermana menor, Yinda, lloraba todo el tiempo. Al día siguiente, el inspector y el alcalde llegaron a avisarles que los paramilitares habían matado a su padre y que su cuerpo estaba en el aeropuerto. Su hermana Yinda agarraba fuertemente la fotografía de su papá y su madre suplicaba. Nunca vieron muerto a su padre, pero la gente les contó que “lo habían degollado, habían jugado fútbol con la cabeza […], y que su cabeza estaba a diez metros del cuerpo.[…] No dejaban recoger los cuerpos, el que los fuera a recoger […] lo mataban los paramilitares. […] El inspector le hizo un permiso a [su] mamá para que recogiera a [su] papá[, a quien] envolvieron en una sábana y lo enterraron en una tumba en el cementerio, ahí le acomodaron la cabeza. [Ella] sólo vi[ó] una pierna de [su] papá cuando él iba pasando en una camioneta.” Nunca pudo ver la tumba de su padre y el día que lo enterraron su hermana estaba muy alterada y triste.


…Al enterarse de que habían matado a su padre lloró mucho, sintió mucha rabia, mucho dolor y no sabía qué sería de su madre, sus hermanos y ella sin él, porque eran muy pequeños. Posteriormente, su familia y ella se fueron para Villavicencio y vivieron en casa de unos amigos de su padre durante un mes; recibían comida y ayuda de la pastoral social y de los amigos, nada del gobierno. Tampoco en ese momento pudieron estudiar. A su madre le tocó trabajar en casas de familia. Su padre les proveía los alimentos y les daba todo. Después de su muerte han tenido que vivir muchas privaciones, ya que su madre escasamente les podía conseguir la comida.


…Tuvo que irse a un internado para poder volver a estudiar, aunque hubiera querido estar con su madre. Extrañaba mucho a su familia y duró dos años sin querer estudiar pues “psicológicamente estaba mal, no podía dormir bien, [tenía] pesadillas […] con personas que perseguían a [su] padre y [a sus] hermanos. [Se] volvió agresiva. [C]reía que todo el mundo era su enemigo”.


El “Mochacabezas” ataca sus propias fuerzas militares


El comandante del ejército, general Reynal Castellanos, ha sido la más reciente víctima del “Mochacabezas”. Durante los últimos tres años lleva más de 11 cabezas mochadas. Todos de la cúpula de las fuerzas militares. Todos porque no producen los resultados que él espera.


Salieron los 4 generales porque no cumplían y dizque para adelantar la reingeniería de las fuerzas militares-narcoparamiliatres para adecuarlas al accionar de la guerrilla de las FARC. Pero nada.


Salió el general Fracica –más conocido por su labor de topo encontrando las caletas de las FARC- porque no produjo ningún resultado como comandante de las tropas del Plan Patriota. Lo mandaron al exilio como agregado militar de la embajada de Chile. Y también asesinaron al coronel William Cruz en Arauca, por qué?


Ahora sale Castellanos porque además se “dieron cuenta” de que en el ejército torturan a los pobres soldaditos que se “entregan” para defender los intereses de la oligarquía mezquina que gobierna Colombia por orden del amo imperial.


Torturadores son los soldados estadounidenses y, también, asesinos sin piedad. Siempre lo han sido. Y siempre han adiestrado a las fuerzas militares de los países latinoamericanos para que torturen a sus propios pueblos. Ejemplos los tenemos en Honduras, El Salvador, Guatemala. Y en Suramérica todos los ejércitos han torturado y asesinado contradictores políticos. Ahí está Abu Ghraib, Argentina, el estadio Nacional de Chile, la mano negra de Brasil.


Colombia no ha sido la excepción. En la historia pasada reciente los militares han practicado la tortura. Durante la primera violencia torturaban a los campesinos liberales y comunistas. A partir de 1964 la práctica de la tortura es una constante en el accionar de las fuerzas militares, aun cuando cada gobierno oligárquico privilegie otros tipos de violaciones a los derechos humanos. ¿Quién no recuerda el uso de los choques eléctricos, las violaciones sexuales, el ahogamiento, la simulación de ejecución, con los prisioneros durante el “Estatuto de Seguridad” de Turbay Ayala? ¿Recuerdan los colombianos la niña violada en una Comisaría de la Policía en Bogotá?


Durante la administración del “Mochacabezas” mayor, hay un resurgir de la tortura, va increscendo. Como van aumentando las violaciones de los derechos humanos por parte de las fuerzas militares directamente, como lo constata el último Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre la situación de los humanos en Colombia, que entre otras cosas produjo una pataleta de marca mayor del Vice, Facho “ineptus” Santos.


Además, siempre las fuerzas militares han tenido sus brazos siniestros o escuadrones de la muerte. Sumados a éstos van los organismos de seguridad como el DAS, el F-2, el B-2, SIJIN, etc. Y siempre los mandos han torturado al personal bajo su mando. ¿Recuerdan el cadete que se volvió loco y asesinó a su oficial a cargo porque éste lo vejaba porque era negro? ¿Recuerdan el célebre castigo del “molinete” que los suboficiales y oficiales aplicaban a los soldados y policías indisciplinados? ¿Recuerdan que los suboficiales y oficiales aplicaban castigos como hacer lustrar sus botas con la lengua de los “indisciplinados”? Cuántos soldados y policías de ambos sexos se han suicidado porque no soportan las torturas...


Pero con lo que nadie contaba era con que el jefe de jefes de los “Mochacabezas” entrara a cercenar las cabezas de los miembros de la cúpula de las fuerzas militares porque fracasaban en su pretensión de vencer militarmente a las insurgentes FARC. Ante esto nos preguntamos: ¿Si pierde las elecciones, como perdió el referéndum, a quiénes les irá a cortar las cabezas el jefe de los “Mochacabezas”? Todos los corifeos de los partidos uribistas están advertidos. Después no vengan con el cuento de que yo no sabía… a mí nadie me dijo nada..!

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