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Monday, April 02, 2007

Tres menores de 5 años, en promedio, mueren en Colombia diariamente por desnutrición

Marzo 31 de 2007 -
Tres menores de 5 años, en promedio, mueren en Colombia diariamente por desnutrición
El municipio con mayor índice de mortalidad infantil por cada 100.000 habitantes no es Bojayá o Alto Baudó (Chocó) sino La Chorrera (Amazonas).


Así lo establece un estudio del Centro de Investigaciones sobre Dinámica Social de la Universidad Externado, liderado por Magda Ruiz Salguero y Nubia Ruiz.

Las cifras calculadas por el Externado corresponden a hace cuatro años, mientras que las mediciones presentadas por el Gobierno señalan que la población en condiciones de indigencia en el país bajó de 18,8 por ciento en el 2003 a 12 por ciento en el 2006.


Sara Del Castillo, coordinadora del Observatorio de Seguridad Alimentaria y Nutricional de la Universidad Nacional, señala que las encuestas oficiales de demografía y salud acuden a promedios y no se identifica la zona en donde hay que intervenir.


Advierte sobre las grandes diferencias entre regiones apartadas y el centro del país, lo que indica que hay regiones olvidadas a las que solo se atiende de manera ocasional.


Magda Ruiz, una de las investigadoras del Externado, asegura que la situación para las zonas más críticas no ha variado sustancialmente desde su estudio, y que cerca de 100 municipios del país viven una emergencia similar a la conocida en el Chocó.


Aunque el problema se concentra en el Pacífico y antiguos territorios nacionales, en el centro del país también hay municipios críticos. Por ejemplo, en Boyacá las poblaciones de Quípama, Cubará y Pisba, curiosamente algunas de ellas ricas en esmeraldas y agricultura, presentan altos niveles de mortalidad de niños menores de 5 años. Igual sucede con Cundinamarca, donde las poblaciones de Villagómez y Guataquí figuran en la lista de malnutrición crónica.


El estudio se realizó tomando como base que el concepto de desnutrición tiene que ver con ausencia de comida o alimentación inadecuada que ocasiona deficiencias de algunos nutrientes como hierro, vitamina A, yodo o zinc.


Por su parte, Del Castillo dice que esta situación no tiene una explicación distinta a la inequidad. "Los pobres deben recurrir a una dieta basadas en carbohidratos (harinas), escasa en hierro y proteínas, porque los alimentos que los contienen son muy costosos".


Es penoso reconocer -dice Del Castillo- que Colombia no cuenta con una estrategia nacional de vigilancia nutricional "que como responsabilidad del Ministerio de Protección Social proporcione de forma permanente y oportuna las alertas nutricionales y suministre la información para su seguimiento".

Testimonios de hambre

'Yo como sobras de Corabastos', escolar de 7 años, Bogotá.

"Sé que estoy desnutrida porque en el colegio me lo dicen. Eso es porque de chiquita comía tierra. Mi mamá me dice que tengo ojeras porque estoy llena de lombrices. Ahora como mejor: voy con mi hermana y recojo esos sobrados que hay en Corabastos".

'Vivimos con $ 15.000 semanales', Maricela Moreno, 31 años, Chocó

"Comemos cuando podemos. Vivimos con 15 mil pesos que se gana mi marido a la semana trabajando la madera y con eso alimentamos a cuatro hijos. Por desnutrición, la menor, Juliana, de 2 años, está en el hospital de Turbo".

'Si cazamos comemos carne', María Dubitdá, 30 años, indígena de Chocó

"Vivimos en un toldo con 6 hijos, el esposo y otras 11 personas. Todos comemos plátano y carne de monte si cazamos guagua y saino (especie de marrano pequeño). Del Atrato tomamos el agua. Es contaminado pero no tenemos más".

'No desayuno para ir al colegio', estudiante de Ciudad Bolívar

"Cumplí 7 años. Tengo otros 10 hermanitos. En la casa comemos caldo poquito pa' que alcance pa' todos. Mi hermana mayor me hace ir al colegio sin desayuno y por eso me duele la cabeza en la clase. El 'profe' dice que tengo que comer mejor pa' subir de peso".

'Lo alimento con limosnas', Nora González, 30 años, de Usme.

"Mi niño ha estado en cuatro hospitales de Bogotá. Los médicos dicen que es por desnutrido. Eso es porque desde los 2 meses (ahora tiene 3 años) me tocó sacarlo a la calle pa' pedir limosna y la brisa lo fregó. Lo alimento con lo que me dan almas caritativas".

Edmer Tovar Martínez
Redacción Económica

www.eltiempo.com

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