EN ESTE ESCENARIO DE ILEGITIMIDAD DEL GOBIERNO COLOMBIANO, SEGUIMOS EXIGIENDO LA VERDAD.
DOS AÑOS LA MASACRE DE LA COMUNIDAD DE PAZ DE SAN JOSE DE APARTADÒ
Cada día se despeja en Colombia la realidad que muestra la ilegitimidad del gobierno de Álvaro Uribe Vélez, su reelección afirmada en votos espurios y con ella la mayoría de un Congreso elegido como se esta probando, bajo presión armada, muerte, narcotráfico. Mayoría que garantiza con sus votos la ley de justicia y paz, el paquete legislativo, la firma del TLC, la profundización de la guerra. Conformando, un todo integral basado en el autoritarismo y la practica de terror, para acallar las voces que se oponen al totalitarismo en ascenso.
Estos, son hechos cumplidos: "legales" pero claramente ilegítimos, con unas mayorías articuladas a un Estado mafioso, violador de derechos humanos que comienzan a resquebrajarse.
Ante ese escenario el Presidente de la República, abusando de su investidura y en un ejercicio indebido de poder, contando con los micrófonos abiertos de las grandes cadenas de radio, una campaña de desprestigio y difamación, contra la oposición, mientras que a esta se le mantiene en la marginalidad.
El Presidente, va configurando cada día en su accionar el rol de "sicario moral", a medida que se acerca el debate parlamentario sobre las alianzas del paramilitarismo y la política en Antioquia, promovido por el POLO. Parece ser, que ese accionar, se articula en el contexto de la profunda paramilitarización del Uraba, de Antioquia, imposible ya de ocultar. Dará cuenta este debate del estilo de imponer modelos de desarrollo y la violación sistemática a los derechos humanos, desde hace más de 10 años, hoy recogida la experiencia en el plan de desarrollo "hacia un Estado Comunitario" y la política de seguridad democrática.
En este escenario y como una manera de ocultar, asesinar la palabra, de llevar al limite de la desesperación al testigo, a las testigos, que dan cuenta de los crímenes de lesa humanidad, de lo crímenes de Estado, se teje despacio y de manera contundente una estrategia sistemática de desprestigio, de inaugurar otros tipos de muertes de quienes levantamos la voz para exigir justicia. Por encima de la campaña emprendida por el presidente para silenciar entre otras la voz de Piedad Córdoba y mi voz, le sigo preguntando ¿Qué paso con la masacre de San José de Apartadó de hace 2 años? ¿ Qué respuesta le da al país de 10 años de vida de una comunidad que ha sentido con todo su rigor la practica de terror del Estado? . Esa comunidad sigue de pie, afianzando niveles de confianza entre su gente y la solidaridad internacional. No puede el delito de silencio en Colombia seguir sustentando este régimen, tenemos que seguir ocupando las calles, movilizándonos, denunciando, juntando las voces con nuestros amigos y amigas de la comunidad internacional.
Gloria Cuartas
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