“La Muerte no es verdad, cuando se ha cumplido bien la obra de la vida”

José Martí

Hoy 10 de marzo/06, como consecuencia del proyectil disparado por guardias del establecimiento durante la jornada de protesta estudiantil del 8 de marzo en la Universidad Nacional de Colombia, contra la imposición y firma del Tratado de libre comercio TLC, elemento que se había incrustado por un ojo y localizado en su cerebro, ha dejado de latir el corazón de OSCAR LEONARDO SALAS ÁNGEL, otra víctima más de la larga lista de luchadores populares, campesinos, obreros, sindicalistas, estudiantes, educadores, madres comunitarias, artistas, periodistas y pueblo en general, producto de la intolerancia y la falta de libertades en que se debate la sociedad colombiana. Es una nueva víctima del estado comunitario que a nombre de la seguridad democrática está cercenando las escasas libertades públicas e imposibilitando construir espacios desde la diferencia.

Más que un simple estudiante de lingüística de la Universidad Distrital de Bogotá Colombia, Oscar Leonardo, era el arcángel de la Emisora Comunitaria del Líbano Tolima, Café 93.5 FM “Una opción para la participación”, del Centro de producción radial de Bogotá, de la Red Colombiana de radio comunitaria “Recorra”, del Colectivo Aldea, de la Asociación de estudiantes de la provincia de los Nevados, de la tertulia amigos de Telesur y otros, tantos colectivos y combos que lo trasnocharon.

Era ante todo, un comunicador, un poeta soñador, un teatrero, un programador, un productor de radio, un hiperactivo de nuevas propuestas, de nuevas sensibilidades, de nuevos imaginarios, portador de sueños por un nuevo humanismo, por una nueva comunicación, asociada a la defensa de los derechos humanos.

Él, llamaba las cosas por su nombre y apellido, agarrando las ideas por la cabeza y no por la cola, buscando en la irreverencia de su pensamiento alternativo, construir el espacio para todas y todos en un mundo mejor.

Desde el ámbito de la comunicación y la cultura, como buen militante de la vida de los sectores sociales populares, del movimiento por el derecho a la comunicación, y del movimiento estudiantil, en los cuales nutrió su pensamiento, está presente su legado histórico, político y social a pesar de su corta pero fecunda edad.

Para los comunicadores comunitarios la fatídica noticia nos deja perplejos, con una gran tristeza, en la profunda orfandad, pero con una gran reflexión, continuar los caminos por él iniciados y en esto se debe resumir el sincero pero sentido homenaje a su memoria.


Se trata de una dura agenda, agitada y convulsionada como los momentos de su trasegar, que compromete conciencias y acciones en favor de la libertad de expresión, el florecimiento por una nueva cultura, de una nueva política, de una nueva forma de pensamiento e imaginación que permitan reinventar el mundo, para hacerlo más cómodo a los menos favorecidos del poder y los privilegios, los sectores sociales populares de los cuales orgulloso ostentó su origen humilde pero altivo y trasgresor.

Para su familia y el combo de compañeras y compañeros de los diversos colectivos en que militó, nuestra sentida voz de solidaridad, valor y fortaleza para continuar la obra de este comunicador popular y juglar de la vida. Este grande entre los grandes no ha muerto, porque los que dimensionan en su pensamiento el goce y bienestar colectivo están presentes en cada acción y en cada palabra pregonada.

Paz en la tumba de Oscar Leonardo, cumpliremos su legado.

Colectivo de Comunicación de la Emisora Café 93.5 FM del Líbano Tolima residente en Bogotá. D.C.
Estudiantes de la colonia del Líbano residente en Bogotá
Centro de Producción radial para la radio comunitaria y los sectores sociales populares.


No vayas a mi tumba y llores
pues no estoy ahí.
Yo no duermo.
Soy un millar de vientos que soplan,
el brillo de un diamante en la nieve,
la luz del sol sobre el grano maduro,
la suave lluvia de verano.
En el silencio delicado del amanecer
soy un ave rápida en vuelo.
No vayas a mi tumba y llores,
no estoy ahí,
yo no morí.

Indio Americano Anónimo.