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Friday, June 09, 2006

Servicio noticioso – Número 135 – junio 7 de 2006
Con masiva protesta estudiantes manifiestan su inconformidad con la reelección
Equipo | Periódico El Turbión – junio 7 de 2006

Pasados diez días de la ratificación de la reelección de Álvaro Uribe como presidente de la República, más de dos mil estudiantes de la Universidad Nacional manifestaron hoy su inconformidad con la continuidad en el poder de este gobierno y con la inminente firma del Tratado de Libre Comercio (TLC), a la vez que dieron inicio a la conmemoración del Día del Estudiante Caído.

En la protesta, que se inició hacia las 12 del día y se extendió hasta las 3:00 pm sobre la entrada de la Universidad Nacional de la calle 26, aproximadamente 2.000 estudiantes levantaron su voz de inconformidad ante la ratificación en las urnas del mandato del reelecto presidente, gobierno bajo el cual han visto lesionados sus derechos a manifestarse y movilizarse pacíficamente, dado el continuo uso excesivo de la fuerza y la constante criminalización en contra de los estudiantes.

Esta situación se ha hecho evidente en las últimas manifestaciones y protestas llevadas a cabo por estudiantes, indígenas y campesinos, entre otros, donde la fuerza pública ha arremetido de diversas formas contra sus derechos. En el pasado reciente, las denuncias han girado en torno a casos en los que las fuerzas estatales efectúan graves daños en la propiedad, la integridad física y hasta la vida de los manifestantes: la muerte de Óscar Leonardo Salas, asesinado en predios de la Universidad Nacional el pasado 8 de marzo durante un enfrentamiento con el Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad), y la de Pedro Pascué, habitante de Corinto (Cauca) muerto por disparos de armas de fuego de la policía durante la represión a la Cumbre Nacional Itinerante de Organizaciones Sociales de La María-Piendamó, son sólo los dos testimonios más recientes de los efectos nocivos de una política estatal de seguridad que corroe al país.

El día de hoy, los estudiantes resistieron la agresión de la fuerza pública, evitando el ingreso de ésta al campus universitario durante las tres horas en las que se presentó la manifestación. Sin embargo, de manos del Esmad se generaron daños en bienes públicos, como un poste del alumbrado y rejas de la puerta de acceso a la Universidad, que fueron derribados por las tanquetas al querer ingresar al campus. Dichos daños fueron negados por los uniformados, que culparon a los estudiantes por la destrucción.

Según las declaraciones que el coronel Javier Vivas, comandante de la Fuerza Disponible y del operativo del Esmad, ofreció a algunos reporteros presentes en el lugar de los hechos, los estudiantes usaron explosivos para derribar este poste y los uniformados habrían tenidos "tres heridos: uno con trauma cráneo encefálico" y señaló que los estudiantes "utilizaron tubos para direccionar las 'papas' explosivas hacia los hombres del Esmad". Sin embargo, uno de nuestros reporteros pudo constatar que las heridas de gravedad de este agente no se debieron a los enfrentamientos, sino a una caída desde el techo de una de las tanquetas, y que los famosos tubos no eran otra cosa que parte de los 'voladores' que usualmente no causan más que ruido.

En medio de la protesta se percibieron numerosas voces de inconformidad frente a la firma del TLC con los Estados Unidos, propuesta por Uribe Vélez para el mes de septiembre. Adicionalmente, se denunció insistentemente la actual legalización de los paramilitares tras las políticas dirigidas a ello.

Se dio lugar, también, a la conmemoración de los 52 años de los asesinatos de una decena de estudiantes de la Universidad Nacional, entre ellos Uriel Gutiérrez Restrepo, durante los días 8 y 9 de Junio de 1954, fecha en que las tropas del Batallón Colombia abrieron fuego contra una nutrida columna de universitarios que protestaba contra la dictadura del Gral. Gustavo Rojas Pinilla. En el Día del Estudiante caído se conmemora, de la misma manera, el asesinato de Gonzalo Bravo Pérez, ocurrido el 8 de junio de 1929 luego de dirigir un movimiento universitario de denuncia a la Masacre de las Bananeras, uno de los más tristes episodios de la larga historia de violación de los derechos humanos por parte del Estado y las Fuerzas Militares colombianas.

El movimiento estudiantil en Colombia es, sin duda, uno de los más golpeados por la violencia oficial, abierta o encubierta. Fechas como el 16 de mayo o el 8 de junio no sólo traen tristes recuerdos de abominables hachos de violencia contra las universidades, sino que reivindican la protesta contra las diversas formas de represión estatal, contra el abuso ilegítimo de la fuerza, contra las desapariciones forzadas, la tortura y los homicidios.

El hecho de que los estudiantes recurran a la 'pedrea' como forma de reivindicar derechos básicos como la libre manifestación y opinión no sólo demuestra la reiterada voluntad estatal de privilegiar el uso de la fuerza por sobre otros mecanismos para resolver los conflictos universitarios, sino un duro cuestionamiento de la juventud sobre la deplorable situación de nuestra democracia.

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