colombiainedita

Thursday, March 23, 2006

El Turbión - Nota editorial

No deja de preocuparnos, y menos en un país como Colombia, que, ante nuestro reportaje del pasado 9 de marzo titulado "estudiantes se manifiestan en las calles bogotanas contra el asesinato de Óscar Leonardo Salas", que se ocupaba de describir los detales relacionados con la muerte del jóven estudiante, activista social y comunicador alternativo muerto durante un enfrentamiento con la policía en la Universidad Nacional de Bogotá, algunas personas, de manera maltintencionada y agresiva, se hayan comunicado con nuestra redacción para insultar nuestro trabajo y para asegurar que hacíamos aseveraciones sin fundamento.

Dichas comunicaciones no sólo preocupan por el hecho de querer impedir que se discuta al gobierno colombiano sobre la utilización de la fuerza pública ante la protesta social, con los ya casi cotidianos abusos a los que se somete a quienes opinan distinto que el sr. Uribe V.; ni por provenir de algunos sectores de derecha que empiezan a configurarse en secreto en las universidades públicas, especialmente la UN; ni por el hecho de tratar de ocultar un crimen monstruoso -demostrado en múltiples evidencias como veremos más adelante- bajo el estúpidizante argumento de "él se lo buscó", negación de cualquier moralidad humana en una sociedad pretendidamente democrática que se hunde en un silencio pútrido; sino por el hecho de que, en sí mismas, recurren a la descalificación y el insulto como formas de negar la libertad que debemos tener los comunicadores para informar con precisión a la opinión pública sobre asuntos que se relacionan directamente con los intereses comunes de una nación, como lo son el trato gubernamental a la inconformidad juvenil y las trazas cada vez más criminales que asume el régimen fascista y corporativo impuesto al país por el actual gobierno.

Los datos expuestos en el mencionado reportaje no parten de especulaciones fanfarronas elaboradas al garete por nuestros reporteros: constituyen la exposición de conclusiones extraídas de un dedicado trabajo de consulta a las fuentes testimoniales directas sobre el crimen y establecen una argumentación que demuestra una hipótesis extraída de las evidencias fotográficas, audiovisuales y documentales a las que tuvimos acceso en ese momento. Sólo hasta el día 11 de marzo fue dado a conocer a los medios de comunicación -a través de un comunicado de la propia policía, por cierto- un dato aislado del reporte del médico legista que practicó la autopsia al jóven y que encontró alojado en su cerebro "un objeto esférico que penetró por la cavidad del ojo izquierdo", con lo cual algunos desinformadores pretendieron culpar a los propios estudiantes por el trágico hecho. Insistimos en que las evidencias de los testigos que apreciaron el momento del impacto hablan de un disparo directo de una granada de gas a la cara de Óscar Leonardo, producido a menos de 6 metros de distancia por uno de los agentes del ESMAD que seguía insultando al estudiante a viva voz luego de que había caído al suelo para no levantarse más. Insistimos, además, en que se ha convertido en práctica común el uso del Armamento No Letal (ANL) de este cuerpo represivo de forma inadecuada, con el fin de producir lesiones graves o la muerte a manifestantes durante estos enfrentamientos y que los lanzagranadas usados para disparar los gases lacrimógenos están siendo modificados para lanzar objetos contundentes de pequeño tamaño como perdigones o balines recubiertos al cuerpo de las personas, lo cual ha causado lesiones de extrema gravedad a centenares de ciudadanos. Reslatamos, en este sentido, el caso de una estudiante de la UN que casi pierde la vista en su ojo derecho, hace exactamente tres años durante las manifestaciones contra el inicio de la invasión a Irak, por la entrada de un perdigón disparado contra su rostro por un agente del ESMAD.

Por lo tanto, considerando que nuestro equipo periodístico se ha caracterizado por estar presente en las luchas sociales frente al actual orden de cosas y por su interés en reportar los hechos que la gran prensa, de propiedad monopolista, suele callar, nos declaramos completa y resueltamente seguros de que las ideas expuestas en dicho reportaje no están desfasadas de la realidad y que plantean un hecho concreto: un asesitato cometido en las instalaciones de la Universidad Nacional por la Fuerza Pública, en actos que no pueden ser justificados de ninguna manera como parte del servicio y que no pueden dar motivo para justificaciones hipócritas y malintencionadas que esconden el deseo de una minoría por acabar con el derecho al disenso.

Así mismo, rechazamos toda cortapisa que pretenda imponerse a la libertad de prensa real, provenga de donde provenga, y a las posibilidades de que la comunidad sea informada de manera eficaz y oportuna sobre estos asuntos. Somos respetuosos de una clara ética periodística y, por esto, no permitiremos que nuestras páginas dejen de expresar lo que opinamos y lo que descubrimos en nuestro trabajo investigativo e informativo.

Invitamos, por último, a todos nuestros lectores a seguir apoyando el trabajo que hemos venido desarrollando por más de dos años, a vincularse al proyecto y a impulsar este Turbión que nació para tod@s y es de tod@s.

Sólo nos queda expresar nuestras condolencias y dolor a los familiares de Óscar Salas, quienes han demostrado gran entereza y dignidad al enfrentar las presiones que, desde las maquinarias represivas del régimen, han tratado de impedir que la verdad se conozca. Así mismo, los amigos de la radio comunitaria Café 93.5 FM en el Líbano (Tolima), compañeros entrañables de este jóven en la difícil lucha por construir una comunicación verdaderamente libre, hecha por y para las mayorías.

Fraternalmente,

Editor | Periódico El Turbión

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