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Monday, May 14, 2007

Historias de horror

Historias de horror

Terrorismo de Estado!
Si el hallazgo de los cadáveres de miles y miles de Colombianos impresiona, mas deberá impresionar lo que sucedió antes de que fueran asesinados o fallecieran producto de las terrible torturas y depravaciones a que fueron sometidos en esas orgías de sangre de las que muy poco se conoce.La Colombia de la oligarquía Colombia es un pais donde “los asesinos y genocidas andan libres por las calles" y de los cuales, sus manipuladas encuestas nos dicen que los torturados y los asesinados los apoyan cada día mas.


Miguel Suárez *

Por estos días los medios de información y de desinformación muestran algunas de las impresionantes fotos de las fosas comunes y de los cadáveres producto de las masacres a que a sido sometido el pueblo colombiano. Fotos que causan el estupor de muchos, que aterrados se preguntan como pudo suceder esto en esa supuesta democracia.

Si el hallazgo de los cadáveres de miles y miles de Colombianos impresiona, mas deberá impresionar lo que sucedió antes de que fueran asesinados o fallecieran producto de las terrible torturas y depravaciones a que fueron sometidos en esas orgías de sangre de las que muy poco se conoce.

Toda esa orgía de sangre a sido patrocinada por la oligarquía colombiana, dentro de su estrategia de guerra de baja intensidad, que tiene como enemigo al pueblo y que es llevada a cabo por los aparatos de represión del estado incluidos sus grupos paramilitares.

Este desangre no comenzó con Álvaro Uribe, se ha profundizado con el, quien no es tampoco un recién llegado a horrible noche, ya que desde mediados de los años 70s, hace parte de esa mafia que siembra el terror por todo el país.

Esa política terrorista a sido aplicada al pueblo colombiano desde hace machismos años. Comenzo algunos meses después de la declaratoria de independencia.

Por ejemplo Rafael Nuñez, varias veces presidente de los Estados Unidos de Colombia y la República de Colombia, y autor ademas de la letra del himno nacional que reza “Cesó la horrible noche”, fue uno de los que la comenzó ya que fue en su tiempo el promotor de una ley conocida como la "ley de los caballos", de represión y persecución contra la oposición.

A su vez, Rafael Nuñez parece haber sido la fuente de inspiración ideológica del "Estatuto de Seguridad" Julio Cesar Tutbay Ayala, que llevo a la cárcel a miles Colombianos, entre ellos, al maestro Luis Vidales, Premio Nacional de Poesía y obligo a abandonar el país de manera precipitada a Gabriel García Márquez, Premio Nóbel de la literatura.

Tal vez, por el nombre de "ley de los caballos", Turbay Ayala, con la asesoria de los generales Reveiz Pizarro y Vega Uribe, convirtió las caballerizas de Usaquen en centro de torturas. Turbay es a su vez es el inspirador de Álvaro Uribe Vélez quien tomó el espíritu terrorista del estatuto de seguridad que ahora es llamado “seguridad democrática”.

En la llamada violencia, que dejo mas de 300 mil colombianos asesinados, se contaban historias como la del corte de franela y el corte de corbata, que consistían, el primero en cortar la cabeza de la victima y el segundo, a abrirle un hueco en la garganta, sacarle la lengua por allí y dejarlos morir desangrados. También se cuenta de trenes con vagones llenos de muertos para tirarlos al mar.

De los tiempos de la violencia heredamos los colombianos dichos populares como el que dice ”En mi tierra se caliente el agua a balazos” o el de que ”en mi casa se atrancan las puertas con muertos”.

En ese tiempo, cuando no existían guerrillas, las masacres no las cometían las llamadas AUC, sino los “Pájaros y Chulavitas”, los paramilitares de esos tiempos.

El diario el Tiempo, publico el pasado 24 de abril (2007) un articulo titulado ”Colombia busca a 10.000 muertos”, podríamos decir que sus cadáveres estan apareciendo hoy, no gracias al gobierno de Uribe que a hecho todos los esfuerzos por ocultar esas atrocidades, sino gracias a la presión de diferentes organizaciones nacionales e internacionales y a que la corte suprema de justicia, obligo a que si los narcotraficantes quería beneficios de la tal ley de Justicia y Paz, deberían decir la verdad y de la cual hasta ahora han contado una muy mínima parte.

En el articulo, uno de los supuestos paramilitares contaba que sus jefes, entre los que hay que incluir por lo menos al hermano de Álvaro Uribe Vélez, Santiago, organizaban cursos de entrenamientos donde utilizaban personas que eran llevadas hasta sus campos de entrenamiento para degollarlos vivos.

El supuesto paramilitar reveló que en esos cursos eran llevadas "personas de edad que llevaban en camiones, vivas, amarradas (...) Se repartían entre grupos de a cinco (...) las instrucciones eran quitarles el brazo, la cabeza... descuartizarlas vivas".

Luego de esas ” escuelas del terror”, estos hombres a nombre de esa oligarquía salían a aplicar lo aprendido contra colombianos inermes buscando con ellos acallar la protesta social y para desvertebrar organizaciones como la Unión Patriótica, en una serie de actos de barbarie que estan marcadas en las cicatrices del pueblo colombiano y que por su sadismo podemos destacar.

La masacre del Municipio de Trujillo, Departamento del Valle del Cauca, en 1990, donde 52 personas fueron víctimas de una cadena de acciones criminales en la que participaron, miembros de los aparatos de represión de esa oligarquía con sus grupos paramilitares.

Un testigo de lo sucedido contaba que “el Mayor del ejercito les ponía en la cara un chorro de agua a presión con manguera, les levanta las uñas con navaja, les quita pedazos de la planta de los pies con corta-uñas, los corta y les echa sal, luego con un soplete de gasolina que lanza llama le queman en distintas partes del cuerpo y la carne se raja y se levanta el cascarón, les pone el chorro de llama en la zona genital, les corta el pené y los testículos y se los mete en la boca a las mismas víctimas y finalmente los descuartiza con una motosierra y al hacer esto, los torturadores gritaban 'ai hombre'”.

Después los iban echando a una pieza enmallada a uno por uno... decía el testigo “yo vi los cadáveres, fue cuando los estaban echando a la volqueta, estaban dentro de los costales, eran como doce costalados, en un costal echaban los troncos y en el otro echaban las cabezas.

Una de esas 52 personas fue el sacerdote Jesuíta Tiberio de Jesús Fernández Mafla. Su cadáver fue encontrado el 23 de abril por un poblador en el Río Cauca, sin cabeza, abiertos el tórax y el abdomen con una motosierra, mutilado y castrado con los más aterradores signos de crueldad.

En la propia Bogota, en el municipio de Suba, miembros de la Policía de la oligarquía colombiana, el 12 de mayo de 1993, como a las nueve de la noche, allanaron la casa de la familia Meléndez, en Santa María del Lago, en el noroccidente de Bogotá, los sacaron esposados al antejardín, luego los volvieron a meter a la casa, minutos después los medios de desinformación los presentaron como delincuentes dados de baja.

La Policía lo presentó al país como un gran operativo contra una banda de 12 asaltantes y así quedó registrado en los medios de comunicación.

El 23 de Septiembre de 2001, a las cinco y treinta de la mañana, hombres que lanzaban gritos de muerte y proferían maldiciones, destruyeron a tiros de fusil la puerta de la vivienda de Monguí Jerez Suárez, humilde mujer santandereana de origen campesino, en el municipio de San Pablo, Bolívar.

Los instantes de horror fueron breves pero contundentes. Cuando ella reparó en lo que ocurría, estaban muertos en el lecho, su hijo Nelson Alirio Hernández de solo ocho años, y su compañero Florentino Castellanos de treinta y ocho, trabajador del municipio, acribillados de varios tiros de fusil.

Ella había perdido completo su brazo izquierdo, y una pierna colgaba sostenido apenas por la piel.

El comandante de la operación, un tal Arriaga, después del éxito de la misma y como premio a sus hombres, dio autorización para hacer pillaje.

El 27 de febrero de 1997, los pobladores de Bijao del Cacarica, fueron obligados a presenciar un macabro partido de fútbol entre los soldados del ejercito de ocupación de la oligarquía colombiana y sus grupos paramilitares.

El periodista Fernando Garavito contaba: “Una vez reunidos los dos ”equipos”, el árbitro hizo sonar su silbato. Cada uno de los equipos ocupó su puesto estratégico en el terreno de juego. Entonces, un ayudante trajo hasta el centro de la cancha una bolsa de fique, y vació su contenido en un punto equidistante entre los encargados de hacer el primer disparo. Los asistentes dejaron escapar un grito de horror. El balón con el que jugarían los contendientes era la cabeza de Marino López, uno de sus amigos.

Durante largos minutos el único ruido que pudieron percibir los habitantes fue el de las patadas que daban los jugadores contra el cráneo destrozado”.

Ese fue el comienzo del año de terror que se vivió en 1997, cuando Alvaro Uribe Velez, era gobernador de Antioquia. “El 4 de abril de 1997, en la región de Cacarica, un comando de militares y paramilitares acantonados en Apartadó, le abrieron el vientre a Daniel Pino delante de observadores internacionales que habían llegado días antes a la zona para comprobar algunas denuncias relacionadas con los atropellos a los derechos humanos.

Tratando de detener el derrame de sus intestinos, el campesino agonizó durante una hora sin que nadie pudiera auxiliarlo”.

Otro relato de esa horrible noche que aun no ha cesado dice “El muchacho, con la camisa celeste rota y sus calzoncillos en el nivel de las rodillas que se habían manchado de color rojo. El niño miraba con sus ojos inocentes hacía el cielo con la expresión ¿por qué?. El niño. De solo ocho años murió desangrado debido al machetazo que sus victimarios, paramilitares de la oligarquía colombiana, le había hecho cuando le cortaron el pené.

¿Su crimen?, Ser hijo de Carlos Julián Vélez, dirigente de la Unión Patriótica (UP) del departamento del Meta. Toda su familia fue masacrada ese día de terror.

Estas historias de terror, y muchas mas han sido de manera “habilidosa” ocultadas al pueblo colombiano y al mundo, que poco conoce de esa “horrible noche” a que nos han sumido esa oligarquía asesina.

Por eso el escritor colombiano Fernando Vallejo a dicho que renuncia a la ciudadanía colombiana porque este es un país asesino, refiriéndose a la oligarquía colombiana que asesina de la manera más impune y sigue fingiendo no saber nada de sus crímenes.

La Colombia de la oligarquía Colombia es un pais donde “los asesinos y genocidas andan libres por las calles" y de los cuales, sus manipuladas encuestas nos dicen que los torturados y los asesinados los apoyan cada día mas.

Si algunos se han conmocionado con las fotos de las fosas y calaveras, deberán conmocionarse aun más con estas horribles historias, y deberían conmocionar al máximo sabiendo que en estos momentos, en el Caquetá, en Nariño, en Arauca y en general en toda Colombia, se están repitiendo estas aberraciones contra el inerme pueblo colombiano.

Sí!, se están repitiendo con igual sadismo y no hacemos nada, hay niños que están siendo sometidos a las mas salvajes torturas al igual que padres, hermanos, hijos, jóvenes y viejos.

Si historia de horror se contaron con las dictaduras del cono sur, las de la democracia mas vieja de sur América, son mucho más terrible, y los colombianos seguimos viviendo en esa horrible noche que inauguro Núñez, siguió Turbay y hoy profundiza Álvaro Uribe Vélez.


* Director de Radio Café Stereo

www.ajpl.nu/radio




Conflicto armado
14.05.2007

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